La milpa como sistema autosustentable articula la vida económica, social y cultural de las comunidades a partir de prácticas que dependen de la tierra y operan de acuerdo a las normas de la colectividad. La milpa es un sistema alternativo que ha demostrado sustentabilidad durante miles de años respetando y protegiendo los recursos naturales.

Las leyes y tratados facilitan la apropiación del agua y territorio de las comunidades, las concesiones a la industria minera no primordial devastan el territorio y utiliza enormes reservas de agua así como su consecuente contaminación. El Extractivismo no solo cambia el paisaje físico sino la vida de cientos de comunidades. Al transformar el uso de suelo inutiliza la tierra para su cultivo, rompiendo la estructura comunitaria además de la alteración de la flora y fauna, entre otras.

Para producir 1 gramo de oro o plata se requieren 1,000 litros de agua y cada segundo se utilizan 20,000 litros de agua para su extracción, en México el 58% del territorio ha sido concesionado. Ante esto, los últimos 30 años las comunidades han estado en resistencia permanente para mantener sus tierras de siembra y agua. Aun en el estado de emergencia actual continúan denunciando el despojo de su territorio.

A partir de fotografías de minas. Edith Morales realiza mapas que asemejan la nueva topología que genera el Extractivismo.

"En una segunda parte, durante la clasificación de los maíces que he recolectado de mis visitas a las comunidades, de repente encontraba un maíz debajo de un mueble o una hoja, entonces recordé que en las casas de los que siembran en el maíz, igual encontraba semillas de maíz en lugares diferentes, a partir de ahí reconfigure el espacio que habito, y en este sentido retomo la omnipresencia del maíz que desborda mi territorio de confinamiento. Utilizando un sello de maíz, estampé la imagen en lugares inverosímiles, cotidianos y familiares para mi y ajenos a la vista de extraños, de tal manera que cuando quien observe el video me estará observando con esa mirada que mis ojos recorren cuando visitan la vivienda de algún compañero que vive en una comunidad. Durante mi desplazamiento puedo detener mi mirada en esa semilla que ahora forma parte de mi vida y estará omnipresente en cada lugar en el que me desplazo dentro de este territorio al que me ha sometido la pandemia. El maíz des-territorializa mi espacio, y mantiene la conciencia de mi origen, de mi identidad, de mi conexión con la tierra, esa semilla que cada día atraviesa mi mirada me lo recuerda, el recorrido de la cámara se realiza con una memoria exacta de saber en que espacio especifico puedo encontrar esa semilla, que es base de mi alimento, esta en la entrada a mi lugar, en la puerta, en el cuadro que veo, en el refrigerador, la lavadora, el plato, la taza, la pared, en el interruptor, en el dibujo en todas partes, cumple esa omnipresencia, a la vez esta semilla se encuentra en un proceso de ser privatizada para ser usada libremente por los campesinos, ya que aun en el confinamiento los acuerdos y leyes firmados no se detuvieron, porque primero es el interés corporativo, por eso la imagen termina en el texto del uso de la semilla libre para el intercambio.

Así como el maíz articula la vida económica política y social de las comunidades,la precariedad en la que nos mantiene el sistema económico neoliberal procura lo contrario. La crisis pandémica desarticulo los mecanismos que nos habilitan como sociedad, ha demostrado de que manera las políticas económicas le dan prioridad a los interese de las corporaciones por encima del ser humano; esto refuerza la importancia del sistema Milpa, que mantiene su conexión con la tierra y la protección de ella que mantienen las comunidades.

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