En el nuevo panorama de distancia corpórea y de higiene exacerbada al estilo de la película 12 Monkeys, poco se habla de los efectos colaterales en términos de basura. Abundan los empaques de plástico, guantes y tapabocas. Nos encontramos en el retorno a lo desechable, de uso único; el hiperconsumo de jabón y desinfectante. El tratamiento de la basura es y será difícil y complejo, pero el jabón juega un papel paradójico. Mientras es suave y tranquilizante para humanos, a nivel molecular rompe las cosas, es herramienta de destrucción masiva para virus y bacterias. El jabón promete protección y se protege a sí mismo.

Con el afán de reflexionar en conjunto y de compartir las prácticas personales del encierro, circulamos una invitación para que nos guarden los restos de jabón. Esos pedazos chicos y torpes que no se dejan agarrar serán material de un mapa-escultura de residuos pandémicos que además nos permitan establecer pequeñas conversaciones durante su recolección post-encierro y re-articular intimidades con los participantes. Café (virtual en ocasiones) por jabón: conversación.

Estamos recibiendo en esta primera fase fotos de los jabones sobre una superficie que contenga el nombre del participante, la fecha del desuso del jabón y el lugar donde se encuentran. Posteriormente recolectaremos los pedazos, ya sea a cambio de un café para conversar (real o virtual).

Nombre: de ustedes

Fecha: cuando se generó el residuo jabonoso

Lugar: donde están ubicados durante estos extraños días (ciudad, país)

La convocatoria estará abierta hasta nuevo aviso, y no tiene limitaciones geográficas. Hasta ahora hemos recibido cientos de jabones de todo el mundo.

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